Franchise International Summit (2)

Rafael Areses
La Trampa del Retailer: Desarrollo y soluciones
¿A quién le estamos vendiendo a partir de ahora?
Mira, hace un año te decía que nadie hablaba de agentes. Hoy, en el ámbito tecnológico, ya es habitual escuchar hablar de ellos. No sé si todo el mundo los va a ir entendiendo directamente, pero lo cierto es que ya están aquí.
Y esto que te voy a contar ahora lo puedes probar tú mismo con dos cosas que han salido esta misma mañana: la página de Walmart y la de Amazon. Lo acabo de comprobar.
¿Y qué significa esto?
Que ahora mismo un agente —un simple agente basado en GPT, sin más— al que tú le das unas instrucciones y acceso a ciertas APIs, puede actuar de forma autónoma. Y por si alguien no lo tiene claro: las APIs son los programas que permiten que diferentes aplicaciones se conecten entre sí. Piensa en la «A» como de acceso a la información, y listo.
Entonces, le das instrucciones, lo conectas, y ¿qué hace ese agente? Pues va, compara precios en Walmart, compara en Amazon, analiza y te devuelve un informe con recomendaciones de compra. Es lo que podríamos llamar una compra consultiva.
¿Es como la experiencia consultiva en tu tienda física? No, ninguna se le compara. Pero bueno, al menos es un sucedáneo funcional. Y ese agente ya lo puedes usar hoy.
Entonces, te vuelvo a preguntar: ¿a quién estás vendiendo ahora? ¿Le estás vendiendo a una persona, a un consumidor… o a un agente?
¿Y cómo le vas a vender? Porque, claro, ¿cómo va a interpretar ese agente el mensaje que tú le estás lanzando?
Esto nos lleva a un nuevo mundo lleno de incertidumbre, donde las cosas no serán como las teníamos previstas. Y bendito sea que así sea. Ya estamos hartos de gurús mirando bolas de cristal y haciendo predicciones que luego no se cumplen. Hartos de libros que te prometen una visión del futuro que tres meses después ya está obsoleta.
Nadie acierta. Y si logras sentirte cómodo en la incertidumbre, bienvenido al mundo real. Porque ahí es donde vamos a vivir.
Es un mundo que cambia a una velocidad vertiginosa. Y es normal que eso te dé miedo. Si no lo sintieras, serías plano… o peor, un imprudente.
Hay que tener miedo, claro que sí. Pero lo importante es que, a pesar del miedo, hagas lo correcto. Porque eso es la valentía: hacer lo que toca incluso cuando tienes miedo.
La velocidad sin control te estrella. Y sí, sentimos miedo por las personas que queremos, por lo que puede pasarles, y por eso debemos proteger.
¿Y cómo lo hacemos? Teniendo muy claros nuestros valores. Especialmente la equidad y la transparencia. Porque los vamos a necesitar más que nunca.