Colaboración Asia Rafael Areses
Rafael Areses
Colaboración Asia Rafael Areses
Desde Asia, Europa se ve distinta. No peor. No mejor. Distinta. Como si fuéramos brillantes… pero distraídos. Con buena memoria histórica para lo que nos interesa y mala atención al presente, peor hacia el futuro.
No se trata de renunciar a lo que somos. Nadie aquí en Occidente quiere una Europa sin Ilustración, sin Estado de derecho, sin debate crítico. Pero hay que elegir prioridades. Y hoy la prioridad es otra: dejar de adorarnos a nosotros mismos, infraponderar nuestrea autocomplacencia. Nuestros derechos tienen el valor que debemos afirmar, pero su sociedad está construida sobre los deberes que deberíamos cumplir. ¿Qué es lo que tiene hoy más fuerza en este mundo?
Toca olvidar algunos mitos. Que siempre vamos por delante. Que regulando primero ganamos siempre después. Que nuestro ritmo marca el ritmo del mundo, que nos van a seguir. No es verdad. Ya no.
Toca desaprender inercias. La reunión eterna. El matiz infinito. El conflicto tribal dentro del propio continente. Cada vez que discutimos sin construir, el margen se estrecha un poco más. El reloj no corre a nuestro favor.
Aquí, en Asia, las cosas son más simples y más duras. Enseñas cifras. Impacto real. Resultados medibles. Preguntan cómo lo has hecho. Piden los datos. Y entonces, y solo entonces, te respetan. Cualquier discurso sin evidencia se evapora.
Que nadie venga a “dar lecciones”. Aquella mirada condescendiente aquí dura exactamente cinco minutos. Aquí en Asia gente está orgullosa de su pasado, obsesionada con su presente y bastante tranquila con su futuro. No es arrogancia. Es foco. Es proyecto.
Estos días he estado en tres universidades: Tsinghua, Peking University y Shanghai Jiao Tong. Tres maneras distintas de entender el mismo impulso: investigar, aplicar, escalar. Casi sin pausa. Casi sin ruido. Estoy aprendiendo que trabajamos poco para lo que es el nuevo standard mundial, lo que hacen 1400 millones de personas frente a lo que hacemos 800 millones en Occidente.
Y en DenTech China 2025 he visto otra cosa: la industria moviéndose al mismo ritmo que la ciencia. Lo que ayer era un paper, hoy es un producto. Mañana será un estándar. La superproducción de China no se va a contener en un mercado o interior de ciudadanos que guardan para el futuro, que ahorran más de lo que gastan. El sistema no lo va a modificar, porque significaría el derrumbamiento de su control sobre el ciudadano. Aquí prima el control colectivo sobre el bienestar individual, y eso no va a cambiar en un corto o medio plazo. Expliquen lo que expliquen los dirigentes del PCCh, China necesita exportar sus excedentes al mundo, es su propia supervivencia, la de sus istema y tenemos que entender que estamos en un mundo donde ellos ya son la mayoría.
Tenemos mucho que aprender. Bastante que explicar. Y, sobre todo, muchísimo que desaprender. Si Europa quiere seguir siendo relevante, va a tener que corregir y desarrollarse más rápido de lo que nuestras discusiones nos permiten. Con hechos, neceitamos hechos, mucho más que discursos brillantes.